El edificio ya estaba allí, con los ojos cerrados, solo había que abrirlos, para contemplar el paisaje, para crear plazas y jardines transitables. Son ojos en el camino que nos miran y que nos invitan a mirar.
El terreno con pronunciadas pendientes que no permiten su disfrute, será utilizable con las cubiertas aterrizadas sobre la biblioteca como jardines públicos.
La propuesta genera mediante un sistema de rampas transitables un paseo desde el casco antiguo hacia la zona nueva, también existen caminos rápidos que nos permiten una comunicación más directa.
La biblioteca se distribuye con espacios continuos, lugares de paso y de borde. Cuenta con un largo perímetro de relación con el exterior, permitiendo eventos y una mayor interacción con el público.
La planta baja a calle cordoneros es cerrada, opaca, la planta alta se abre con huecos rasgados, verticales.
El alzado a la calle no es homogéneo en altura, alterna zonas de una planta con zonas de dos plantas, ofreciendo una escala a medida del hombre.
Las viviendas respiran a través de patios, consiguiendo intimidad, son jardines interiores orientados a sur.
Cada vivienda es diferente, aunque están basadas en dos tipologías distributivas, absorben las irregularidades del solar.
El acabado exterior de las viviendas será encalado, al igual que las edificaciones del entorno. Las aperturas serán puntuales y grandes, para conseguir un espacio interior luminoso. Las estancias orientadas al patio disfrutarán de las mayores aperturas, para tratar de «introducir» el patio en la vivienda.
Javier Tamer Elshiekh Melgar. Arquitecto + Elsa Burgos. Estudiante de arquitectura + Daniel Bas. Estudiante de arquitectura